martes, 31 de marzo de 2009

Ya no necesito.

Ya no necesito escribirte en cada rincón,
si los relleno con besos y calor de mediodía.
Ya no necesito buscarte a cada minuto,
si te encuentro en cada momento e instante.
Ya no necesito buscar a ninguna otra,
si eres única en mi vida, irremplazable, simplemente.

Te amo, es todo lo que ahora sé.

viernes, 20 de marzo de 2009

Pasivo-agresivo.

Tanto tiempo encerrado, amarrado. Como perro castrado que descansa en el sofá, sin deseos, sin ganas de salir a perseguir alguna perra, adormecido. El anestesico común de la televisión deja de hacer efecto; hierve la sangre en el calor de Santiago, un horno eléctrico y quimico que magulla la carne. Soy solo un simple gusano sobre el sillón, una rana en una olla a punto de hervir, que no presiente que puede morir en cualquier momento. El brillo metálico de los artefactos de la cocina, la tarjeta de credito sin cupo; el último trozo de queso, pudriendose en refrigerador, junto con ese tomate solitario, que ya es gris en la maryor parte de su piel; un par de botellas rotas en el rincón, recuerdos de buenos tiempos casi inmemoriales, borrosos, corroidos. No he visto un espejo en meses, no reconocería mi propio rostro. No se de nadie en semanas, el último timbre de teléfono lo hizo algún cobrador que ya debe haberse rendido. Y mis amigos, mis antiguos amigos, desaparecieron en el mar de zombis que es esta puta ciudad; son felices con un 1.7% de interes, pagando en trabajo su vida tranquila, sin aguas turbias. Ellos se deshicieron de esta mancha en sus trajes de medio millón, este testarudo que se quedó pasmado en algún punto de su vida. Tiemblan mis piernas, una pieza metálica y cromada salta de una mano a otra, como esperando una señal que la haga quedarse quieta. Una botella de licor sin etiqueta, y a medio vaciar, está sobre la mesa, un buen sorbo no me haría mal. Arde en la garganta. Silencio, porfín. Un segundo de descanso, una avenida que calla, que deja de sonar. ¿Será esa la señal? Algo en mi interior dice "Sale, elimina, mata", pero mis piernas no responden. Debo esperar un poco, ser paciente. Alguien toca la puerta. Se escucha mas fuerte en contraste con el silencio del exterior. ¿Será una broma o un desalojo? ¿Será un vecino preocupado o un policía siguiendo la pista de alguna bala registrada a mi nombre? Solo sé que si intenta entrar, lloverá el plomo sobre su frente. Vuelve el sonido a las calles, pero el golpeteo en la puerta no se va, de hecho, se vuelve mas fuerte. Tal vez sea alguien de la oficina, preocupado porque hace más de 6 semanas que no me presento en mi trabajo. Idiotas, trabajar es para idiotas. Yo, por el contrario soy la versión siglo 21 del ciudadano ideal. El último golpeteo en la puerta fue hace 15 segundos. Que paranoia; deberia ir, abrir la puerta y meterle una bala en un ojo a quien perturbó mi sedada calma. Talvez traiga pastillas. Me acerco a la ventana e intento ver que sucede, pero al correr la cortina la luz del día me ciega y me obliga a hacer esto lentamente, me rindo antes del segundo intento. Algo en mi mente insiste. Está bien, iré a la puerta ahora. Miro por el ojo mágico y veo solo lo habitual: Zombis. Los mataría con un hacha si pudiera. Ahora si, el pestillo gira y suelta la puerta para poder abrir. La cerradura cede, y la luz de afuera comienza a penetrar lentamente. Un paso, 5 balas, 3 mías y una placa brillante. Me lo merezco por tener mas apariencia de zombi que ellos. 

ESTADOS DE ÁNIMO

A veces me siento como un águila en el aire ...
( A propósito de una canción de de Pablo Milanés ) 

Unas veces me siento
como pobre colina, 
y otras como montaña 
de cumbres repetidas, 
unas veces me siento 
como un acantilado, 
y en otras como un cielo 
azul pero lejano, 
a veces uno es 
manantial entre rocas, 
y otras veces un árbol
con las últimas hojas, 
pero hoy me siento apenas 
como laguna insomne, 
con un embarcadero 
ya sin embarcaciones, 
una laguna verde 
inmóvil y paciente 
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces, 
sereno en mi confianza 
confiando en que una tarde, 
te acerques y te mires.. 
te mires al mirarme.

- Mario Benedetti

lunes, 2 de marzo de 2009

Encargo

No me des tregua, no me perdones nunca. 
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que 
vuelves. 
¡No me dejes dormir, no me des paz! 
Entonces ganaré mi reino, 
naceré lentamente. 
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni 
guante; 
tállame como un sílex, desespérame. 
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos. 
Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas. 
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces. 
No me importa ignorarte en pleno día, 
saber que juegas cara al sol y al hombre. 
Compártelo. 


Yo te pido la cruel ceremonia del tajo, 
lo que nadie te pide: las espinas 
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame, 
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

- Julio Cortazar