Revolcarme en los charcos del placer bruto como carbón,
oscuro, café, blanco y amarillo. Bañarme en el vino de la
pasión, pleno frenesí de autodestrucción. Decir que no a la vida.
Yacer entre blancas margaritas de ilusión, lagos de oro por ti,
transparente, tibio, claro y sereno. Descanzar en los
campos de frambuesas junto al río. Un si, quiero.
Del cielo al infierno contigo, del cielo al suelo.
Me gusta jugar con fuego, lo que no me gusta es quemarme.
Y aunque vivimos en planetas diferentes,
túneles que se juntan a ratos y en otros están tan distantes, tanto...
No puedo evitar decir que te prefiero antes que a María y a Marcela,
y nunca está de mas decir que esperes, nadie te quiere como te quiero.
Sería de piedra por ti, de acero y carbón.
Sería de versos por ti, de besos yalgodón.
Aunque fuesemos eternos prófugos.