cuando el alcohol hierve en la sangre
y la mezcla con el humo mata lo poco de cordura
que alguna vez hubo en la cabeza.
Me dan ganas de llamarte,
sea la hora que sea,
y vomitar en tu oído
todos los versos que guardo
tras esa pizca de sensatez aparente
que cubre como polvo y cerradura
la caja a medio abrir
de lo que he reservado para ti.
Ganas de pedirte que te quedes,
que no te salves, de exijir plena rendición
y mandar a la mierda todo tipo de táctica y estrategia,
de rogar por que seas la madre de mis hijos,
de comenzar a botar todos los muros y construir todos los puentes.
Pero no lo hago, porque dijo el rey que solo los tontos se aprezuran
y porque sería de mal gusto. Me conformo con café y televisión.
2 comentarios:
Pensando todavia en lo que no llega? escribiendo para quien?? sabes si volvera? no serà mejor hacer ese llamado de una vez? solo preguntas, un besito... cafè y televisiòn se soportan un rato pero mucho tiempo con cafè y televisiòn... es vida? Vero.
Ja!. Me matás.
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