jueves, 3 de julio de 2008

Que no te vean conmigo.

Baja las cortinas, tapate la cara,
sueltame la mano, empujame lejos.
No vaya a ser que nos vean,
los ojos meticulosos y moralistas,
que me tildan de pervertido,
drogadicto y marxistoide.

Acariciame en secreto,
ámame entre penumbras
o tomemonos de la mano
en las avenidas.
A mi me da igual
que sepan los de allá
y los de acá.

Lo que ajenos ojos no ven,
nuestros corazones sienten.

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