domingo, 2 de noviembre de 2008

Surcando el cielo con ballestas de ilusión,
veinte hombres en la sierra.
Mirando el firmamento gris del amanecer,
uno de ellos piensa.
Rojos amaneceres imagina en el futuro,
para miles la felicidad.
Un haikú dialéctico de hierro y polvora,
la oposición de contrarios.
Representa los corazones latientes del pueblo pobre,
millones en el continente.
El desencanto y la carencia,
el combustible que mueve la conciencia
se hace vida,
los gritos de muchos en una sola voz.

1 comentario:

Verònica dijo...

Me transmite la idea de permanente lucha, de buenos augurios para el mundo, de unos pocos que alcen la voz y hablen por los que ya no la tienen... me gusta el cielo nombrado como firmamento, le da un toque de personalidad. Un besoT